El agradecimiento de ATS pro Terra Sancta a todos los voluntarios y amigos pro Terra Sancta

Giacomo Pizzi9 enero 2012

Llegados al final del año, un recuerdo y un agradecimiento especial para todos los colaboradores y amigos de la Tierra Santa que han sostenido nuestras actividades durante todo el 2011.

Son muchos los que en este año, por amor hacia esta tierra y a las piedras vivas que viven en ella, los que han deseado dedicar una parte de su tiempo y de sus energías para sostener las actividades de ATS pro Terra Sancta.

Lo han hecho desde cerca y desde lejos, durante breves o largos periodos, muchas veces voluntariamente pero siempre con gran profesionalidad. De hecho, los voluntarios que colaboran en la realización de nuestros proyectos están altamente cualificados casi la mayoría de las veces, y prestan sus competencias específicas gratuitamente, en virtud de su pasión por la Tierra Santa.

Reconocemos la ayuda que nos han ofrecido y queremos dar las gracias a cada uno de ellos, y en nombre de todos aquéllos que se benefician de las actividades y de los proyectos que ATS pro Terra Sancta sostiene.

A continuación os ofrecemos los mensajes y las reflexiones de algunos de ellos:

“Llevaré siempre en mi corazón la experiencia de Jerusalén, a lo largo de mi camino y de mis decisiones. Llevaré sobre todo a las personas, que me dieron amistad y reconocimiento, que me han enseñado, tocado y conmovido, y me han ayudado a crecer. Todo pasa por algo.” Valentina, voluntaria de ATS pro Terra Sancta.

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“Trabajar en Jerusalén es estar en contacto día a día con la Historia fundamental de nuestra Civilización. La religión está constantemente presente en la ciudad, es una oportunidad única tanto para poder crecer espiritualmente como para conocer personas excepcionales de las que hay mucho que aprender.» Laura, voluntaria en la Oficina Técnica de la Custodia di Terra Santa.

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“Hoy estaba almorzando con un fraile, en la mesa de al lado había dos jóvenes árabes musulmanes y en la otra, turistas con la guía hebrea israelina. Desde que estoy aquí me he esforzado siempre por comprender la realidad tan compleja, sin embargo he aprendido a saborearla un trocito cada vez, intentando quedarme con la sencillez de la dimensión humana que se encuentra en cada calle de la ciudad. Gracias Jerusalén/El-Quds/Yerushalaim…a las tres”. Roberta, voluntaria de la Custodia de Tierra Santa

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«Lo que pienso de mi verano pasado es de haber transcurrido el periodo más bonito de mi vida. Primero, la oportunidad de trabajar en el museo arqueológico donde era responsable de la conservación, que me ha permitido madurar una experiencia útil para los próximos años de estudio y trabajo. Padre Alliata, al que le estoy muy agradecido, me ha enseñado muchísimo contándome historias muy interesantes e importantes sobre mi pasión: la Tierra Santa y la arqueología. Naturalmente, también he tenido la oportunidad de practicar mi hebreo y de aprender más sobre la cultura israelina, de la que tengo una gran consideración, como ciudadano polaco. Y por último, no sería yo si no mencionara a los muchos y fantásticos italianos que espero poder encontrar en las excavaciones del año que viene». Matthiew, voluntario de la Custodia de Tierra Santa.

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“Un tiempo de Gracia infinita me ha sido donado. La posibilidad, inesperada y bellísima, de poder vivir en Jerusalén y recorrer los mismos caminos por los que pasó Jesús. Lo he podido hacer gracias a ATS pro Terra Sancta y a la Custodia de Tierra Santa, a las que le estoy infinitamente agradecido. A todo el equipo de ATS y a todos los amigos y sostenedores de la Tierra Santa mi más sincero deseo de pasar unas Felices Fiestas”. Bárbara, voluntaria de ATS pro Terra Sancta.

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«La experiencia de voluntariado que he realizado en el Museo Arqueológico del Studium Biblicum Franciscanum ha representado para mí un importantísimo crecimiento humano y de fe. Encontrar, inesperadamente, personas conocidas en Italia, encontrar nuevos amigos provenientes de todo el mundo y compartir con ellos mi pasión por la arqueología y explorar realidades culturales lejanas en apariencia, pero en realidad muy cercanas a nosotros. Una aventura que aconsejo a todos para conocerse mejor a sí mismos y a los demás.» Davide, voluntario de la Custodia de la Tierra Santa