El Custodio de Tierra Santa habla del proyecto “Jerusalén, piedras de la memoria”

Giacomo Pizzi17 noviembre 2010

Custode di Terra Santa Pizzaballa“En Jerusalén, en la Ciudad Santa, los franciscanos poseen desde hace mucho tiempo, desde hace muchos siglos, muchas viviendas para la comunidad cristiana, para las piedras vivas. Y es un lugar donde la memoria y las piedras vivas coinciden.” Estas son las palabras con las que padre Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa y presidente de ATS pro Terra Sancta, introduce el proyecto “Jerusalén: piedras de la memoria” promovido por ATS pro Terra Sancta gracias a las ayudas de los generosos donantes privados. “Estas casas necesitan ser restauradas, renovadas, ya que son muy viejas y, como Custodia de Tierra Santa y Asociación de Tierra Santa, hemos iniciado la restauración de las viviendas para la comunidad cristiana”. Con el objetivo de mantener “vivo” este lugar de la memoria gracias a la presencia de las piedras vivas y ofrecer una vida digna a los cristianos que viven en la Tierra Santa.

Las viviendas son unas 600, mientras que las restauraciones completadas hasta hoy son poco más de 80. Por lo que todavía son muchas las solicitudes no acogidas. “Todos quieren todo y al instante y esto también supone un problema a la hora de establecer los criterios. Los criterios no son solamente las necesidades reales sino también las económicas. Antes que nada hay que partir del presupuesto que tenemos a disposición. Y no siempre es fácil equilibrar las esperas, la realidad y las posibilidades”, declara padre Pizzaballa.

Son muchos los problemas tanto en el desarrollo de las obras como en la administración de las viviendas. “Mientras se lleva a cabo el trabajo surgen siempre problemas”, explica el Custodio de Tierra Santa, “problemas de diferentes tipos. Existen problemas con las familias, paradojalmente, porque después de tantos años sin cuidar de sus casas tienen miedo de perder el lugar y, por tanto, hay que realizar toda una labor cultural. Después está el trabajo físico, concreto, porque son estructuras antiguas que tienen que ser conservadas. Pero se trata de edificios que están bajo la tutela del Israeli Antiquity Authority y esto hace que no se puedan realizar todas las soluciones previstas o deseadas propio porque, justamente, los bienes tienen que ser conservados. Luego están los problemas con los operarios, la mayoría de los cuales llegan de los Territorios porque no hay suficientes operarios en Jerusalén. Pero obtener los permisos para esta gente es siempre una gran complicación.”

Sin embargo, las obras y la recolección de fondos en favor de la restauración de estos importantísimos edificios continúan. “El hecho de que las casas estén cerca del Santo Sepulcro para nosotros es fundamental. Forma parte de la visión de la Custodia que los lugares santos estén vivos, por lo que es importante que sigan habitados. Tenemos que poblar estos espacios. Al principio, en los primeros siglos, los primeros cristianos, los discípulos, se reunían en los Lugares Santos para rezar. Vivían alrededor de los Lugares Santos. Cafarnaum era una domus ecclesiae. Vivían allí, vivían en los alrededores. Y este principio debe ser mantenido. Para que las piedras de la memoria y las piedras vivas permanezcan juntas. Esto es indisoluble. Por lo que es fundamental para nosotros restaurar las casas que están alrededor del Santo Sepulcro, para que el Santo Sepulcro no sea solamente un lugar de la memoria sino un lugar vivo donde la comunidad cristiana sigue reuniéndose.”