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“Reconciliarse con uno mismo, para construir el mundo”: la aventura del chicos de Belén

Giacomo Pizzi10 enero 2017

“Aprendamos a reconciliarnos con los problemas, a encararlos,  pero sobretodos, aprendamos a crecer, a repartir de estos e da las dificultades. Y después aprendamos a exprimir juicio crítico encarando los problema, para que no se afronten instintivamente”. Lo que habla es Ibrahim, 13 años. 

Hoy por la mañana ha participado con su clase a una de las lecciones en el centro de la asociación Wi’am de Belén contra la violencia entre los jóvenes. Cada día aquí llegan numerosas clases de diferentes escuelas de la ciudad y participan a las lecciones de sensibilización social, organizadas por los expertos del centro. “È una cosa verdaderamente buena y muy útil para mi” sigue, “también afuera de aquí, hablo de eso con mis amigos, porque ayuda a todos. Aprendemos a ser equilibrados, a tratar los otros con respecto, sin discriminación por sexo o raza”.

La iniciativa se realiza en Belén de varios años con el soporte de Asociación pro Terra Santa y mira a educar los chicos y chicas de la ciudad y de los alrededores, a la tolerancia y al reciproco respecto, para “resolver el problema de raíz” explica el responsable del centro, dado que la violencia en las escuelas palestinas es en crecimiento: casi el 50% de los niños asistió a escenas de violencia en clase y el 51% ha admitido que utilizó comportamientos agresivo hacia los propio compañeros o enseñantes.

Una posibilidad de construir el mundo

Se trata de una grande posibilidad por esos chicos que cada día ven violencia en torno de ellos y respiran la tensión constante en ciudad.

Una grande oportunidad de crecimiento. “Aprendo a retener los prejuicios que puedo tener hacia los otros, antes que les conozca y eso hace la vida más sencilla, más interesante y más bonita!”, explica la pequeña Emaya.

Los otros chicos están de acuerdo. Todos ellos, como a Emaya y Ibrahim entienden cuanto sea importante conocer uno mismo y los otros, ser “honestos y críticos”, para construir en cambio de destruir.

También porque, así concluye Emaya, soñando el futuro: “lo que aprendemos aquí nos servirá mucho cuando tendremos hijos, una familia”

 Ayuda tú también los niños de Belén!