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Los cónsules italianos de Jerusalén visitan Sabastiya

Giacomo Pizzi17 marzo 2014

Sabastiya, pueblo en el corazón de Cisjordania, recibió el martes 12 de marzo al cónsul General de Italia en Jerusalén, Davide La Cecilia, y al cónsul Elena Clemente. La delegación decidió visitar el antiguo centro histórico del pueblo con el deseo de observar directamente todo lo que se ha realizado durante estos años gracias a los numerosos proyectos financiados por Italia y llevados a cabo por ATS Pro Terra Sancta, en colaboración con el Mosaic Center de Jericó y el Municipio de Sabastiya.

Durante este paseo por las calles del pueblo se pudo constatar la labor de mejora y valorización del patrimonio local, que hasta hace pocos años estaba escondido y era desconocido incluso para los mismos habitantes.

Comenzando por la torre medieval, ahora sala expositiva de los elementos arquitectónicos antiguos encontrados, los cónsules fueron guiados hasta la acogedora guesthouse, que aloja a turistas provenientes de todo el mundo. En la mosquea principal del pueblo, que antes fue una basílica cruzada, la delegación visitó después la tumba de Juan Bautista, meta religiosa de numerosos peregrinos cristianos y musulmanes, terminando la visita con la imponente sala cruzada descubierta recientemente.

En la visita estuvo presente Antonio La Rocca, delegado del PMSP – Palestinian Municipalities Support Program, que ha hecho posible la limpieza, el estudio y la restauración de esta sala, de treinta cinco metros de longitud, en cuyo interior se pueden observar las estratificaciones histórico-artísticas del pueblo. Fueron importantes las palabras del Cónsul General que evidenció cuánto sea importante aprovechar de manera constructiva los recursos y el patrimonio local, tan rico y todavía no suficientemente conocido por los millones de visitantes que cada año vienen a la Tierra Santa.

Como agradable conclusión de esta visita, la delegación italiana pudo disfrutar de la hospitalidad de los habitantes de Sabastiya, visitando la pequeña tienda donde es posible comprar algunos productos realizados por las mujeres del pueblo, antes de degustar algunos platos típicos palestinos, parada que no podía faltar para concluir la estancia en el pueblo.