Belén: experiencia de una voluntaria

Giacomo Pizzi10 mayo 2010

Simonetta P., de Bolonia, ha visitado recientemente los proyectos ATS-Pro Terra Sancta en Belén. Del 7 al 16 de abril, hospedándose en la parroquia de S. Caterina, la iglesia católica junto a la Basílica de la Natividad. Ha visitado algunas instituciones sociales y ha sido testigo del modo de vida palestino en este lugar santo, recogiendo impresiones e ideas sobre la actividad que se desarrolla en el lugar gracias a la ayuda de la Custodia de la Tierra Santa.

Cuenta su experiencia, haciendo hincapié en la importancia de conocer y de experimentar las situaciones en la ciudad de Belén: “Creo que se debe antes intentar comprender el estado psicológico y emocional que condiciona fuertemente las acciones y los comportamientos, la vida misma, de los residentes”. Entre los testimonios recogidos por Simonetta está el del muro. El muro es un fuerte obstáculo para toda la población, no sólo a nivel físico en el sentido de restricciones o límites a la libertad del movimiento individual, pero también a nivel humano. “Hay quiénes tienen las ventanas tapadas para no verlo”, cuenta, tras haber conocido a alguna familia palestina, cristiana y no cristiana “pero de esta manera el impacto y el condicionamiento psicológico es muy fuerte para todos, jóvenes y ancianos. Sin hablar de las consecuencias económicas que la construcción del muro ha acarreado para muchísimas personas que trabajan principalmente en Jerusalén”. Teniendo en cuenta la actual situación política y las dificultades económicas de muchas familias, las actividades caritativas que llevan a cabo desde la Custodia se convierten en vital importancia.”

“Este apoyo no debe detenerse pues es ahora mas que nunca cuando existe una población más reducida y empobrecida. Se prevee un empeoramiento progresivo de la situación que no hará más que aumentar el número de los necesitados de ayuda. Los efectos de la crisis financiera mundial, además, se han hecho sentir también en esta parte y los recursos han disminuido visiblemente”.

Simonetta señala de un modo especial el empeño de las instituciones católicas que existen y la necesidad de localizar nuevos recursos y fuentes  de financiación para permitir una ayuda continua a las familias con dificultades serias: la asistencia sanitaria y el pago de las tasas escolares son algunas de las necesidades que sufren los cristianos de Belén. Existen otros servicios socio-asistenciales que ofrece la Custodia y la Parroquia para los ancianos, los enfermos y los huérfanos. Para tales propósitos es por ejemplo fundamental la acción que desarrolla la Sociedad Caritativa Antoniana de Belén, descrita por Simonetta con las siguientes palabras: “La Sociedad permanece fiel a su misión inicial: responder a las necesidades de los más débiles y pobres y acoger sin reservas a los necesitados, siempre que exista disponibilidad de puestos y de recursos”. La Sociedad gestiona una casa para ancianos que acoge a 30 huéspedes en graves dificultades y una guardería infantil para 45 niños que permite a las madres encontrar trabajo para sostener a sus familias. Al frente de la actual situación crítica, totalmente empeorada en los últimos años, la Sociedad se encontraría en una cierta dificultad económica, pero esta situación se ha visto reducida debido a la oferta de las donaciones. En los últimos años, de hecho, se han recibido generosas donaciones por parte de los palestinos católicos y de las numerosas propinas de los peregrinos y de los promotores extranjeros que pasaron por Belén y que visitaron las instituciones.

“En una situación de este tipo es una necesidad enorme la de proporcionar a los jóvenes soluciones formativas y positivas”, explica la voluntaria. El centro social de la parroquia podría hospedar esta iniciativa que la misma población está demandando, pero se necesita programar actividades con un fuerte contenido formativo, profesional, moral y también espiritual. Para este propósito sería útil la introducción de visitas y de más presencia, también llevar una contribución sensible de fraternidad y de compartir, alimentando la esperanza. Simonetta concluye agradeciendo a ATS y a la Custodia por la experiencia: “Les aconsejo a todos realizar una experiencia como ésta para estar en contacto con la vida real de las familias y de la comunidad de Belén porque es una ocasión preciosa para reflexionar sobre los grandes temas de la comunión y de la fraternidad, de la justicia y de la paz, de la dignidad y de los derechos humanos.”

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