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Clases renovadas y seguras: sorpresa para los niños del jardín de infancia de Santa Catalina, en Belén.

Giacomo Pizzi21 abril 2015

El jardín de infancia de las monjas dominicas de Santa Catalina de Siena, fundado en 2001, se encuentra en un lugar privilegiado: a pocos cientos de metros de la Basílica de la Natividad de Belén En la actualidad el centro acoge más de 40 niños y niñas, con edades comprendidas entre los 3 meses y medio y los 3 años, procedentes de familias católicas, cristiano-ortodoxas y musulmanas.

En el mes de marzo, gracias a una generosa donación, la Asociación pro Terra Sancta puso en marcha los trabajos de renovación de las cuatro grandes salas donde los niños juegan y participan en actividades didácticas de forma cotidiana.

Los problemas dentro del jardín de infancia eran numerosos. La moqueta con la que se encontraba recubierto el suelo constituía uno de los principales problemas para la salud de los alumnos, siendo altamente insalubre y difícil de limpiar. “En espacios amplios y con poco calor parecía, al mismo tiempo, la única solución para intentar mantener calientes a los niños, que a menudo juegan sentados en el suelo – afirma Sor Marlene, la directora del jardín de infancia. “Sin embargo, ahora se ha sustituido por una pavimentación de parqué recubierta de grandes tapetes de goma de colores que son cálidos, suaves y seguros. Además de la pavimentación, se han realizado varios trabajos de reestructuración y adecuación de los espacios internos: la zona para desarrollar las actividades lúdico-didácticas se ha regenerado mediante la puesta a punto de ventanas, puertas y la instalación eléctrica. “Ciertamente no son suficientes la belleza o la modernidad de un edificio para garantizar la calidad de la educación, pero un edificio seguro y hecho a la medida de los niños favorece el aprendizaje y la transmisión de valores”.

En los últimos años, las acciones de la Asociación pro Terra Sancta en Belén se han orientado en buena medida al cuidado de los más pequeños, las semillas de esperanza para un futuro mejor en la sociedad en la que viven. La educación es un recurso verdaderamente importante para afrontar la vida con una esperanza de cambio más fuerte; es por ello que invertir en estructuras y en proyectos educativos es crucial, sobre todo en contextos como el del Oriente Medio, donde las divisiones, conflictos y violencia tienden a privar a los niños de este derecho fundamental.

Esta y otras intervenciones no habrían sido posibles sin la generosa aportación de los donantes, que a menudo escogen permanecer en el anonimato. Gracias a vosotros podemos brindarles a los niños de Belén la alegría y la tranquilidad del juego. Para ello es fundamental continuar apoyando el trabajo de la Asociación pro Terra Sancta a favor de los pobres y los más pequeños de la Tierra de Jesús.