Diario desde Jericó: «Escuchando el Buen Pastor»
Esto es lo que escribe:
«En el pequeño pueblo de Jericó, todas las tardes de la semana, a las 17:45, se oye por las calles la oración de la alta mezquita, y a pocos metros de distancia, el toque de las campanas de la iglesia que llaman a los 208 católicos para la misa vespertina.
Mientras el olor del incienso de la hora de la adoración apenas terminada colma todos los sentidos, los bancos se llenan de jóvenes y ancianos, y el humilde corazón de la Iglesia Católica del Buen Pastor empieza a latir fuertemente. Durante la homilía, se oye el susurro sumiso de la hermana franciscana Mayssa, de Siria, mientras traduce el sermón a la hermana Luigina, maltesa, y los niños se callan unos a otros para escuchar las palabras de Padre Ibrahim Sabbagh. Cuando, después de la misa, se les preguntó qué pensaban de la homilía, John, uno de los jóvenes parroquianos respondió: “Abuna Ibrahim habla de manera que podamos entenderle”. Interrogado sobre el motivo por el que van a misa, Boulos, el monaguillo de trece años respondió firmemente: “ir a misa y servir es una forma de servir y dar gracias a Dios”.
La comunidad de Jericó es muy pequeña, pero gracias a sus miembros, fuertes, y el Buen Pastor que los guía, es una familia cristiana, calurosa y acogedora que hay que visitar, apreciar y a la que sientes pertenecer rápidamente.
- Celebración eucarística de lunes a viernes: 18:00 horas
- Celebración eucarística del domingo: a las 7:30 y 9:30 horas
- Hora de la adoración del martes: 17:00 horas
- Confesiones: cada vez que sean necesarias.»