Fuego Sagrado

El Fuego Sagrado: la tradición ortodoxa nos devuelve al misterio de la Pascua

Veronica Brocca22 abril 2022

Es el momento más esperado de la Pascua de los cristianos ortodoxos.

Siete días después de la Pascua de los católicos y los protestantes, el Sábado Santo del variado mosaico de cristianos ortodoxos anuncia el inminente milagro en el corazón del Santo Sepulcro.

El día antes de la Pascua ortodoxa, que según el calendario juliano este año cae el 24 de abril, miles de griegos, armenios, coptos y otros creyentes se alinean en las calles de Jerusalén que esperan con trepidación el Fuego Sagrado.

Este año, el Tribunal Supremo de Instituciones Ortodoxas de Jerusalén decidió permitir la entrada de cuatro mil personas al Santo Sepulcro.

La oscuridad en la Basílica

¿Pero que es este fuego? ¿Dónde se origina? ¿Y por qué es tan aclamado?

Para entender la importancia y la belleza de este día tan querido por los ortodoxos, hay que entrar en la Basílica del Santo Sepulcro, abriéndose paso entre la multitud de gente.

Afuera es de día. Adentro reina una inusual oscuridad y una confiada expectación.

Es la culminación del Triduo Pascual para los fieles ortodoxos de todo el mundo. Todas las luces de la Basílica están apagadas. Sólo un rayo de luz del sol del mediodía toca el santuario que guarda la tumba vacía de Cristo. La oscuridad simboliza la crucifixión y la muerte del Señor.

Los creyentes más atentos reconocen los pasos del Patriarca greco ortodoxo Teófilo III acercándose a la Basílica.

Jerusalén es un mar de multitudes. Fieles, peregrinos, periodistas, ciudadanos, fotógrafos, curiosos. Una multitud que espera el milagro de la luz.

Los primeros a entrar en la grande Basílica son los Armenios, a quienes corresponde el deber de llamar a la pesada puerta principal. Los representantes de las iglesias ortodoxas armenia, siria y copta marchan en solemne procesión. Cada uno tiene su proprio sitio, todo el mundo sabe a dónde ir. Entran por últimos los jóvenes cristianos acompañados por alegres canciones tradicionales y música de fiesta.

Cada fiel lleva una vela todavía apagada en la mano. Al llegar a la ermita del Santo Sepulcro, la procesión da tres vueltas alrededor de ella, invocando a Dios para que se manifieste de nuevo este año a través de la luz sagrada.

La expectaciòn del milagro

Tras la solemne procesión, llega el esperado momento. Su Beatitud Teòfilo III se despoja de sus ornamentos litúrgicos y se acerca a la puerta de la Edicula sellada con cera y miel. Lleva en la mano dos haces de 33 velas, que por supuesto están apagadas. El Patriarca armenio Nurhan Manougianes el único testigo del milagro y sólo él puede entrar junto con el Patriarca greco ortodoxo.

Se quita el cúmulo de cera. El Patriarca armenio permanece en la antecámara, la Capilla del Ángel. La puerta de la ermita se cierra tras Su Beatitud Teófilo III. Se arrodilla. Reza una oración para que se produzca el milagro. En la Basílica, un mar de fieles, muchos llorando. Los más fuertes consiguen abrirse paso hasta las pequeñas ventanas laterales del Sepulcro, para ser los primeros en vislumbrar el Fuego Sagrado.

Después de unos instantes, el Patriarca greco ortodoxo sale triunfante del Lugar Santo con los dos haces de fuego. El milagro se ha realizado. Según la tradición ortodoxa, el Sábado Santo aparece una llama sobre la piedra del Sepulcro como signo de la Resurrección de Cristo. Es la victoria del Hijo de Dios sobre la muerte. Un estruendo de alegría y lagrimas inunda la Basílica. Los fieles empujan para recibir el Fuego Sagrado, un fuego que, según ellos, no es caliente durante los primeros 33 minutos. En un abrir y cerrar de ojos, la luz milagrosa penetra en toda la Basílica, que momentos antes estaba en la oscuridad. Es la derrota de las tinieblas y la llegada de la luz.

El Fuego Sagrado en el mundo

Las campanas del Santo Sepulcro suenan festivamente.

Este año, se espera que la participación se acerque mucho a los niveles anteriores al Covid. En abril de 2020, los fieles del barrio cristiano, armados con velas, tuvieron que esperar a que el fuego llegara a sus puertas de casa.

Hoy vuelven gaitas, cantos, platillos, bailes, tambores: desde hace siglos, las calles de la Ciudad Vieja se llenan de música y antorchas, que se pasan de mano en mano a todas las personas que volverán a las calles en esta jornada festiva..

Pero no es sólo la Jerusalén ortodoxa la que espera el fuego sagrado. Aviones especiales despegan del aeropuerto de Tel Aviv con linternas que contienen la luz sagrada. En dirección a Rusia, Grecia, Polonia, Ucrania y otros países de Europa del Este.Todas las iglesias ortodoxas tendrán que esperar la llegada del Fuego Sagrado desde Jerusalén para poder celebrar la Vigilia Pascual por la noche.