Basilica del Getsemani

La Basílica de Getsemaní se puede volver a visitar en todo su esplendor

Giacomo Pizzi21 noviembre 2013

Después de 18 meses de trabajo, la Basílica de Getsemaní Vuelve a su antiguo esplendor: se ha completado la restauración de los preciosos mosaicos, y los 5000 peregrinos que visitan cada día la Iglesia de la Agonía de Jerusalén podrán volver a detenerse entre las antiguas naves con la nariz en alto, inmersos en un entorno nocturno reforzado por esos mosaicos donde, sobre un fondo azul oscuro, se ilumina el cielo estrellado enmarcado por ramas de olivo.

La gran Basílica de Getsemaní de 12 bóvedas, diseñada por el arquitecto italiano Antonio Barluzzi con contribuciones de varios países de todo el mundo (de ahí el nombre de «Basílica de las Naciones») fue terminada en 1924 y nunca ha sido restaurada desde entonces. Por este motivo, la Custodia de Tierra Santa ha decidido, también obligada por los signos que el tiempo ha dejado bien impresas en las bóvedas de la iglesia, renovar uno de los lugares más importantes de toda la cristiandad, a pocos pasos del santo jardín donde todo concurre a evocar la escena nocturna de aquel jueves de Pascua, cuando entre las ramas de los olivos y a la luz de la luna, Jesús sufrió la agonía y el abandono a la voluntad del Padre.

«Los franciscanos podrían haber confiado el proyecto a trabajadores que habían venido del extranjero», dice Carla Benelli, responsable de proyectos culturales de ATS pro Terra Sancta, «pero eligieron invertir en la formación de la juventud palestina local». Seis jóvenes de Jerusalén Este, cinco de los cuales son musulmanes, han sido guiados durante estos meses por dos formadores del Centro Mosaico de Jericó. Y así aprendieron a trabajar en mosaicos de gran valor artístico. «Confiar la restauración de la basílica cerca del olivar a jóvenes musulmanes fue todo un reto», continúa Benelli, «pero se sienten agradecidos y orgullosos de haber participado en este trabajo de conservación«.  Además de los signos del tiempo, también salen a la superficie los de la historia reciente. En el majestuoso mosaico del tímpano, donde se representa a Jesús como mediador entre Dios y la humanidad, se trazaron las marcas de las balas disparadas en la fachada durante la Guerra de los Seis Días en 1967. El proyecto ha obtenido el apoyo del Programa de Apoyo a los Municipios Palestinos (PMSP) del Consulado General de Italia en Jerusalén, el Ayuntamiento de Rovereto, la Fundación Opera Campana dei Caduti y la Fundación Cassa di Risparmio di Trento e Rovereto.

El Custodio de Tierra Santa y presidente de ATS pro Terra Sancta, fr. Pierbattista Pizzaballa ha subrayado en repetidas ocasiones la importancia y el valor educativo de esta obra. Más de un millar de niños de Jerusalén, de entre 8 y 12 años, han acudido en los últimos meses a visitar la iglesia, que está abierta para ellos en horario de cierre, de 12 a 14. Muchos desconocían la existencia de este Patrimonio de la Humanidad, conocido y venerado por más de mil millones de personas. «De camino a la escuela por la mañana, los niños ven filas de autobuses haciendo cola para dejar a los peregrinos y se preguntan: ¿por qué allí?» Los frailes franciscanos decidieron así fomentar las visitas escolares para introducir a los pequeños herederos de esta herencia en una iglesia que también les pertenece a ellos, niños musulmanes y cristianos. «La mayoría de las veces se sorprenden al ver un lugar tan hermoso y tan cerca de su hogar en el corazón de Jerusalén Este». Nunca lo hubieran imaginado. Tanto es así que una muchacha musulmana al final del recorrido preguntó a los frailes: «¿Puedo volver también con mis padres?».