Las historias ocultas en el convento de Musky: entrevista con Martino MasoloLas historias ocultas en el convento de Musky: entrevista con Martino Masolo

Emma Garroni5 abril 2024

“Contar la historia del convento de Musky es importante para narrar la historia de El Cairo, el cambio de su paisaje y de sus habitantes. Los documentos del Centro nos hablan de la ciudad y de las personas que han pasado por ella, y es fundamental valorarlos al máximo: si no podemos leerlos, solo nos queda una inmensa sala llena de papeles vacíos.”

Martino e collega di fronte all'ingresso del centro
Martino y una de sus colegas frente a la entrada del Centro.

Martino Masolo, estudiante de doctorado en la Universidad Católica de Milán, ha pasado recientemente dos meses y medio en El Cairo: su proyecto de investigación lo llevó a Egipto entre las antiguas murallas del convento de Musky, donde se encuentra el Centro franciscano de estudios orientales cristianos. El archivo del Centro es un recurso invaluable para conocer la historia del cristianismo en el mundo árabe, y Masolo, con su proyecto de investigación (concebido por la Universidad y financiado por el PNNR, con el apoyo de Pro Terra Sancta, que desde hace tiempo apoya al Musky a través de proyectos de asistencia y educación), investigará su contenido, ordenando setenta años de documentos nunca completamente catalogados.

¿Cómo surgió la idea de centrarse en el convento de Musky para tu proyecto de doctorado?

El proyecto surge del deseo de continuar un trabajo ya iniciado en Jerusalén, nacido de la colaboración entre la Custodia de Tierra Santa y la Universidad Católica – especialmente el trabajo de investigación coordinado por el profesor Edoardo Barbieri – con el apoyo de Pro Terra Sancta: la catalogación y digitalización de los archivos del área de Tierra Santa. En Egipto, el convento de Musky es el único que forma parte de la Custodia, y su Centro es tan rico en volúmenes y documentos como inmenso y difícil de gestionar. Aún hay muchas cosas que no han salido a la luz, precisamente debido a la cantidad de material y a la falta de una clasificación funcional; sería esencial sacarlas a la luz, también para contar la historia del convento, que es fundamental para contar la historia de El Cairo, el cambio de su paisaje y de sus habitantes.

¿Por qué es tan importante conocer la historia del convento para entender la de la ciudad?

En primer lugar, por razones históricas y cronológicas: existe en el barrio de Musky desde 1632, y antes de convertirse en un convento franciscano fue la sede del cónsul de Venecia. A su antigüedad se suma un interés histórico dado por la naturaleza de cruce cultural que el lugar ha tenido desde sus orígenes, y que aún lo distingue hoy en día. Aquí reside su importancia: la historia del convento está ligada al crecimiento de la comunidad cristiana en Egipto, desde el siglo XVII hasta el XIX, cuando decenas de miles de fieles de diversas procedencias estaban en El Cairo; y de este florecimiento es testigo el Centro, que nace en los años cincuenta precisamente para no perder la memoria. En el archivo, además de la inmensa biblioteca de libros y manuscritos árabo-cristianos (algunos muy raros, y que atraen a personas de todo Egipto y más allá), hay muchos documentos que testimonian la vida de los cristianos que vivieron en El Cairo a partir de 1600: certificados de bautismo y matrimonio, actas notariales y de propiedad. Es una fotografía que cubre las historias de toda una comunidad a lo largo de los siglos, historias de personas que sería bueno poder reconstruir y contar.

¿Qué crees que sería necesario, a la luz de tu reciente trabajo de campo, para que estas historias sean contadas y para valorar al máximo la riqueza del Centro?

Sin duda, un estudio profundo del contenido del archivo, una organización sistemática del material y su digitalización permitirían un uso mucho mejor; el Centro podría albergar a muchos más investigadores y convertirse en un punto de referencia aún más importante y accesible de lo que es ahora. Muchos documentos son actualmente imposibles de leer y de usar como herramienta de investigación, y si no podemos leerlos, solo nos queda una inmensa sala llena de papeles vacíos. En el archivo no hay una división en fondos, el material se conserva todo junto; incluso hay documentos de otros conventos recopilados junto con todos los demás. La urgencia de una reevaluación de la catalogación es evidente, de hecho, el trabajo fue iniciado por los mismos frailes que viven en el convento; me he puesto a su lado en un intento de dar orden a este tesoro sumergido.

Lezione di latino al Musky
Clase de latín en el Musky.

¿Trabajarás entonces junto a ellos? ¿Cómo han recibido tu presencia?

Me acerqué en particular a uno de ellos, el Padre Wadi Awad. Es un hombre de cultura ilimitada: se formó en Roma bajo la guía del Padre Samir Khalil Samir, enseña latín y conoce profundamente diferentes metodologías de estudio de documentos, desde la archivística hasta la filología y la paleografía. Trabajar con él es una oportunidad de enriquecimiento y asombro constante. Sin embargo, los tres frailes me recibieron con los brazos abiertos: están contentos de tener a una persona curiosa entre ellos, y establecimos de inmediato un vínculo de afecto. ¡Incluso empezamos a rezar juntos la liturgia de las horas en árabe!

¿Qué es lo que más te ha impactado durante el tiempo que has pasado hasta ahora en el Musky, y qué perspectivas futuras esperas para tu trabajo en el Centro?

Trabajar en el lugar en un archivo de este tipo es una aventura constante: hago cada descubrimiento en primera persona, con mis propios ojos, y me encuentro mirando el lugar donde estoy simultáneamente, tanto como es ahora como como era antes. Los documentos de archivo ofrecen de hecho una imagen de la ciudad diferente a la que podemos observar hoy en día, y a través de ellos podré reconstruir en un libro la historia del lugar y sus cambios. La calle frente al convento, por ejemplo, hoy es una gran arteria urbana donde el tráfico fluye incesante, incrustada en un barrio popular; los documentos, en cambio, me mostraron cómo en otro tiempo no era una calle en absoluto, sino un canal rodeado de casas señoriales. Esta doble perspectiva me llena de nostalgia por la rica cultura de la cual el convento es testigo, pero al mismo tiempo me da la esperanza de que, incluso a través de este proyecto, pueda volver a florecer.