Los testimonios de dos voluntarios que han pasado el verano en Jerusalén, dentro del proyecto de ATS pro Terra Sancta

Giacomo Pizzi26 septiembre 2012

Federica, perteneciente al proyecto “Narrar la historia de la Tierra Santa”, y Claudio, en el ámbito de “Libros, Puentes de Paz”: la experiencia de dos jóvenes voluntarios que han venido a Jerusalén para trabajar en el periodo estival, bajo la dirección de ATS pro Terra Sancta.

“Soy graduada en arqueología y me ocupo de la catalogación del gran número de descubrimientos del Museo Arqueológico del Studium Biblicum Franciscanum, bajo la supervisión del Padre Eugenio Alliata OFM. Mi tarea es la de examinar críticamente los objetos descubiertos en las largas campañas de excavación, o provenientes de colecciones privadas, analizando las formas y la función. El propósito es el de crear una base de datos que recoja, de modo sintético, toda la información. Trabajo con otros compañeros graduados y, gracias a ellos, he aprendido muchas cosas. También he visto la ciudad y alrededores. Estoy muy contenta de estos meses que he pasado en Tierra Santa, porque he realizado un trabajo estimulante, he conocido a espléndidas personas y he visto lugares llenos de historia. ¡Espero volver pronto!” Federica.

“Este viaje a Tierra Santa ha sido una experiencia extraordinaria; todo comenzó hace unos meses, cuando entrando junto a mi compañero de trabajo a la Bibioteca de San Salvador, encontramos miles de libros y cajas que esperaban a ser trasladados a la nueva y tecnológica biblioteca. Han sido unos duros meses de trabajo, entre el “antiguo” polvo de hace quinientos años y con los dedos aplastados bajo tantos libros. Un costoso trabajo que también ha sido acompañado de maravillosos viajes en compañía de muchos compañeros que, como voluntarios o no, me han acogido como una familia. Juntos hemos recorrido Tierra Santa visitando maravillosos lugares y ciudades, como Akko, Belén, Safed, el Mar Muerto, Eilat, Petra, y muchos otros. Este verano siempre será diferente a los demás: por primera vez he venido al cercano oriente, y por primera vez este país me ha enseñado las diversas culturas, religiones y personas que pueden coexistir en un mismo País, muchas veces con fricción, pero también con amor y paz; un verano diferente, un verano que no olvidaré nunca”. Claudio

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