Más noticias trágicas desde Siria: testimonio de un grupo de italianos que vive en Siria

Giacomo Pizzi19 abril 2012

A continuación mostramos una parte del artículo publicado en el Avvenire que trae noticias de primera mano de la complicada situación en Siria.

“Vivimos en Siria desde hace más de siete años, amamos este país y a su gente. Nos sentimos indignados e impotentes frente al tipo de información que circula en Europa y crea una opinión, sosteniendo las sanciones internacionales, una de las armas más inicuas que el Occidente utiliza para lavarse las manos y dirigir la historia de otras poblaciones. (…) Las violencias provocadas por los susodichos liberadores en las ciudades, aldeas, en las calles, son muchas y tan brutales que la gente lo único que desea es verlos derrotados. Los abusos no se detienen: asesinatos, casas y bienes requisados o incendiados, personas, niños usados como escudos humanos. ¿Son los rebeldes los que bloquean las calles, los que disparan a los coches de los civiles, los que violan, los que masacran y roban para sacar dinero a las víctimas? ¿Invenciones? La noche del Viernes Santo, no muy lejos de donde vivimos, asesinaron a un joven e hirieron a otros dos: estaban regresando a sus casas para celebrar la Pascua. El joven que murió tenía 30 años y era de nuestro pueblo. No son los primeros de nuestra gente que pagan  en primera persona. (…)

Entre las urgencias principales está la de la leche para los niños. Los precios del cartón se han duplicado, pasando de 250 liras sirias a 500 (la paga jornalera de un operario es de 7-800 liras). Escasea el pienso para los animales: las pocas confecciones disponibles han pasado de 650 a 1850 liras. Faltan medicinas especializadas, escasea la electricidad porque los rebeldes han hecho saltar más de una vez las centrales y las líneas de conducción. No hay gasolina (y este año el invierno ha sido muy frío), porque Siria ya no puede exportar su crudo en cambio de petróleo refinado. Por lo que los tractores están parados y no se puede trabajar la tierra. Están bloqueados hasta los camiones de la basura. Hay problemas con el agua porque las pompas funcionan con gasóleo. Nuestro pueblo y el de al lado – que comparten el mismo pozo – tienen agua un único día a la semana y solamente durante 3-4 horas. Se está arriesgando una verdadera carestía: muy pronto faltará el trigo y por tanto, también el pan, el único alimento que, hasta ahora, el gobierno consigue distribuir a un precio razonable, también para los más pobres.”