Una mano extendida para los cristianos de Tierra Santa

Giacomo Pizzi12 mayo 2011

S.Sepolcro

A continuación mostramos, la firma del obispo de Cremona Mons. Dante Lafranconi, publicado sobre la web de la Diócesis de Cremona con ocasión de la Santa Pascua 2011. La Diócesis de Cremona, activa en el frente por ayudar a la comundiad cristiana en Tierra Santa, ha dirigido también una campaña de recogida de fondos natalicia “Ayuda a Belén”.

Con ocasión de la Santa Pascua, os recordamos hacer una contribución para la Tierra Santa.

Ha pasado más de un mes desde el peregrinaje en Tierra Santa, pero todavía tengo vivo en el corazón el encuentro mantenido con la iglesia local que mantiene viva la memoria del Hijo de Dios encarnado.

Recuerdo el entusiasmo del padre Ibrahim, párroco de Jericó, responsable de una escuela católica, o la iniciativa de los jóvenes de una parroquia periférica de Jerusalén que para mantenerse han abierto, en los locales de su comunidad, un restaurante que acoge a peregrinos. Pienso también en mons. Shomali, vicario patriarcal de Jerusalén, que nos ha contado el esfuerzo del diálogo ecuménico y de la esperanza que ofrecen los cristianos que se unen de cualquier modo.

Pero sobre todo el testimonio del padre Vitores, vicario de la Custodia de Tierra Santa, que ha revivido en nosotros el deseo de hacer más para esta Iglesia tan antigua y tan fiera. El religioso ha descrito el trabajo silencioso y preciso conducido por los hermanos franciscanos: la manutención de los santuarios y de las iglesias, la asistencia a los peregrinos y, sobre todo, la cura de los cristitanos de esta tierra. Los datos que el padre Vitores nos ha proporcionado son impresionantes: en 1948 los cristianos en Jerusalén eran el 20%, hoy son 1’1.4% y además están divididos en 20 grupos diversos; en los años sesenta del siglo pasado en Belén, los discípulos de Jesús eran el 70%, hoy superan por poco el 10%. Una persecución silenciosa, pero eficaz está obligando a muchas familias a emigrar para buscar en otras partes del mundo un futuro sereno que les impide estar en su patria. Todo esto es inaceptable: la Tierra Santa, que sin cristianos está a riesgo de convertirse en un museo de cosas pasadas, ¡debe permenacer memoria viva de la presencia de Cristo en el mundo! Por esta razón hemos sido llamados a hacernos cargo de la Iglesia de Jerusalén, primera en la plegaria porque pueda finalmente alcanzar la paz, la concordia y la libertad para todos, con ayuda concreta.

La colecta que se efectuará en todas las parroquias durante las celebraciones del Viernes Santo será destinada a los proyectos de la Custodia de Tierra Santa: las ayudas recogidas servirán para la restauración de los edificios sagrados, a la finalización de las becas de estudio para 360 jóvenes, a la ayuda de niños y familias en Belén, al apoyo de las parroquias y de sus escuelas, a la construcción de apartamentos para pobres y jóvenes parejas o no como última importante iniciativa cultural. Apoyando a los cristianos de aquellas tierras no sólo tendemos la mano a nuestros hermanos necesitados, sino que ayudamos a los miembros de aquella comunidad hermana a revivir la conciencia de ser piedras vivas, memorias vivientes del mensaje de paz que Cristo ha escrito con su sangre sobre la madera de la Cruz.