Junto a los ancianos de Belén: Caritas Antoniana al lado de ATS pro Terra Sancta

Giacomo Pizzi8 noviembre 2013

Los ancianos son parte de una de las clases más débiles de la sociedad contemporánea, y todavía más en un lugar como Belén, donde, además del Muro que complica físicamente la vida diaria, las personas mayores a menudo se enfrentan al muro de la soledad y la enfermedad. Ser un anciano en Belén, frecuentemente significa estar solo, abandonado por la familia, enfermo y sin acceso a servicios de asistencia.

Las cifras y el papel vital de las personas mayores en la sociedad palestina

Hoy en Palestina, los ancianos representan el 4,4 % de la población total, un grupo minoritario, pero a menudo despreciado; casi la mitad de las mujeres mayores en Palestina se compone de viudas y, debido a los problemas políticos y alta emigración de los jóvenes, una de cada seis casas está habitada por ancianos. Además, un tercio de los ancianos de Palestina tiene problemas de salud y el 70,7 % de las personas mayores de 60 años tiene al menos una enfermedad crónica.

La contribución de las personas mayores es fundamental en todas las culturas, pero el peligro de perder la memoria y la tradición es aún más fuerte en un contexto como el de Palestina. De hecho, es importante preservar la memoria de las personas mayores, ya que sólo a través de ellos los palestinos pueden llegar a conocer su identidad y tradiciones.

Caritas Antoniana de Padua en apoyo de la esperanza

En un entorno difícil, como Belén, la Providencia ha querido que personas y organizaciones, tales como Caritas Antoniana de Padua, reconozcan el papel fundamental que las personas mayores desempeñan en la conservación del patrimonio histórico y cultural palestino, eligiendo apoyar el centro de ancianos de Belén, que de otro modo habría quedado abandonado a sí mismo.

Caritas Antoniana Padua decidió apoyar el proyecto de ATS pro Terra Sancta y el hogar de ancianos de la Sociedad Antoniana de Caridad, permitiendo a las hermanas gianelline y voluntarios que trabajan allí tratar las enfermedades crónicas, aliviando el dolor físico de numerosas ancianas abandonadas, lo que les permite llevar una vida digna.

La asistencia ofrecida por Caritas Antoniana Padua devuelve la esperanza a las personas que habían perdido. Agradecemos a nuestros benefactores, rezando para que la Providencia pueda seguir trabajando a través de ellos.