Gemeinschaftsprogramm

“Algo que queda grabado en el corazón”: Middle East Community Program 2017

Giacomo Pizzi1 octubre 2017

“Conocer un territorio es algo que parte del encuentro y el diálogo con quienes viven en el lugar”. Esta es la primera impresión de los chicos del Middle East Community Program, el programa promocionado por tercer año por la Asociación pro Terra Sancta en colaboración con la Universidad Católica de Milán y el apoyo del Mosaic Centre de Jericó, que ha permitido a siete jóvenes estudiantes visitar la Tierra Santa durante tres semanas intensas. De una forma totalmente diferente.

Al encanto de Jerusalén, donde quedaron asombrados con la Explanada de las Mezquitas y el Terra Sancta Museum, se sumó el de Belén, donde pasaron la noche. A continuación fue el turno de Galilea, con lugares “que no sabíamos ni que existían”, como nos comentaron refiriéndose a Hebrón, Acre, el Golán, Jericó, Betania y el acogedor pueblo de Sebastia en Samaria, con su rico patrimonio histórico-arqueológico en fase de recuperación.

Sin embargo, lo que ha hecho que esta experiencia fuese especial no ha sido solamente la visita a estos lugares. “Algo muy interesante y con gran importancia formativa ha sido poder entrar en contacto con realidades positivas que operan en este complicado mosaico de religiones y etnias”, nos cuenta Alessandra. “Ha habido muchas personas que hemos conocido en el camino. Todas ellas te dejan algo grabado en el corazón”.

Personas como sor Lucía, del Caritas Baby Hospital de Belén, cuya vocación, según los chicos, parece ser una misión en beneficio de la humanidad, o Nassar, de la Tienda de las Naciones, que ha hecho de su hogar un lugar de paz. También han sido importantes Carla Benelli, responsable de los proyectos culturales de la Asociación pro Terra Sancta, y el arquitecto Osama Hamdan,  director del Mosaic Centre de Jericó, que con sus competencias y conocimientos han ayudado a comprender la importancia de la revalorización del territorio y la población mediante la recuperación de lo que ofrece el territorio desde hace siglos: de la piedra un mosaico, de los olivos el jabón, de la tierra la cerámica, de sus profundidades la historia.

Acompañados por los chicos del personal de la Asociación pro Terra Sancta, los encuentros con cada una de las personas han ofrecido “puntos de vista que no se enseñan en los libros”, mostrando las diversas dimensiones que existen en esta tierra tan sagrada pero siempre en conflicto. No es fácil entenderlo y, como nos ha dicho Lilith, “estoy mucho más confundida que antes, pero también mucho más preparada, porque lo ideal para descubrir algo es poder tocarlo con la mano”.

“Aconsejaría esta experiencia tanto a quienes ya tengan estudios sobre el Oriente Medio, puesto que está muy estructurada, como a quienes simplemente sientan curiosidad”. Lo dice Teresa, que ya ha estado varias veces. A lo que añade: “nos permite observar la realidad de un conflicto de una forma que va más allá de los simples hechos históricos”.

El MECP continúa siendo, por tanto, “una oportunidad única” que estará de nuevo disponible el año que viene.

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