En Alepo Este, epicentro de la guerra entre 2014 y 2016, nuestros tres centros educativos reciben cada día a más de 2.700 niños y jóvenes, ofreciéndoles acogida, protección y la posibilidad de volver a estudiar después de jornadas difíciles entre la calle y el trabajo.
Después de más de quince años de conflicto, en Siria millones de menores están excluidos de la escuela: en este contexto, los centros de Pro Terra Sancta son espacios de cuidado y aprendizaje que ayudan a los más vulnerables a comenzar de nuevo y a construir su propio futuro. Son lugares vivos, donde niños cristianos y musulmanes estudian codo a codo, compartiendo actividades, sueños y juegos.
El Franciscan Care Center en Alepo fue el primer lugar donde, en 2018, comenzamos a cuidar a los niños afectados por el conflicto. Aquí, entre Firas Lutfi y la doctora Binan, se dio vida a un recorrido de acompañamiento diario, paciente y profundo, capaz de llegar incluso a las heridas más ocultas de la guerra. De esa experiencia nació el proyecto “Un nombre y un futuro”, que abrió el camino para la apertura de los tres centros educativos de Alepo Este, donde hoy continuamos recibiendo a los niños de las familias más vulnerables.
En nuestros centros, el cambio se manifiesta cada día: niños que no solo vuelven a estudiar, sino que redescubren la confianza en sí mismos, recuperan sus capacidades y aprenden de nuevo a soñar.












