Entre las muchas víctimas del conflicto que ha golpeado a Tierra Santa en los últimos dos años, se encuentra también el ya frágil sistema educativo. Incluso en la Terra Santa School de Belén —la escuela más antigua de Oriente Medio, fundada en 1598 por los frailes franciscanos— la crisis se hace sentir cada día.
Las restricciones a la movilidad, el colapso del turismo y el cierre de muchas actividades económicas han privado a cientos de familias de su única fuente de ingresos. En esta profunda crisis, el acceso a la educación se ha convertido en un lujo que muchos ya no pueden permitirse. Aproximadamente un tercio de los 1.270 estudiantes inscritos en la Terra Santa School no puede pagar las tasas escolares.
La escuela, ya debilitada por la falta de pago de las cuotas, debe hacer frente también a importantes gastos de mantenimiento extraordinario para uno de los bloques del edificio, el más expuesto a las inclemencias del tiempo y a los fuertes vientos, y más susceptible a filtraciones de agua.
Un gimnasio de paz
La Terra Santa School es un verdadero gimnasio de paz: en la vida cotidiana escolar y en el camino educativo cristiano que ofrece, los jóvenes de distintas confesiones aprenden a conocerse, dialogar y crecer juntos. La acogida sincera de los frailes franciscanos se convierte para niños y jóvenes en un ejemplo concreto de convivencia posible. Cada día descubren que es realmente posible reconstruir vínculos humanos capaces de superar divisiones y hostilidades, y que incluso las heridas más profundas del conflicto pueden empezar a sanar. En esta escuela, la paz no es solo un ideal: es una experiencia que se vive, se aprende y se construye paso a paso.













