Desde hace varios días, la ciudad de Gaza está ardiendo. La situación empeora hora tras hora: los bombardeos incesantes multiplican la destrucción, los muertos y los desaparecidos bajo los escombros.
Casi medio millón de palestinos ha abandonado la ciudad dirigiéndose hacia el sur de la Franja, donde sin embargo no existen zonas seguras. Los religiosos de la Parroquia latina de la ciudad de Gaza han decidido permanecer al lado de los 450 refugiados presentes en la iglesia, entre los cuales hay varios ancianos, enfermos y muchas familias con niños pequeños.
A pesar de las dificultades logísticas, junto con el Patriarcado Latino de Jerusalén y Cáritas logramos proporcionar bienes de primera necesidad a la Parroquia, y a través de ella a la población de Gaza.
La Parroquia latina nos permite llegar directamente con nuestra ayuda a cientos de personas refugiadas allí, y, a través de la distribución de medicinas y bienes de primera necesidad, a miles de otras personas de la ciudad de Gaza y de la Franja.
La población de Gaza, además de sufrir las devastadoras consecuencias de los bombardeos, se encuentra ahora en plena hambruna reconocida: los precios están por las nubes y se estima que casi medio millón de civiles arriesgan ahora su vida por falta de alimentos. En la parroquia, las reservas de comida están racionadas y prácticamente agotadas; los problemas de disentería ligados al agua contaminada son frecuentes. Se necesita harina, agua potable, medicinas y pañales para niños y ancianos.















