Feliz Pascua 2020

Para usted, los mejores deseos del Custodio de Tierra Santa

Estamos dentro de la basilica del Santo Sepulcro, al lado de la tumba vacía donde fue colocado el cuerpo de Jesús en la noche del Viernes Santos y pocos metros más arriba se encuentra el Calvario, donde pocas horas antes Jesús fue crucificado y murió.

Si gracias a la fantasía volvemos a la mañana del día de Pascuas, en lugar de la basilica hay una cantera abandonada, un sepulcro nuevo excavado en la roca, y una piedra derribada. Aquí donde yo estoy, en lugar del piso de mármol, vemos la yerba verde la primavera, y quizá también algún árbol florecido.

Aquí en la mañana del día de Pascuas, mientras el cielo aun estaba obscuro, vino María Magdalena, para terminar el entierro de Jesús. Me imagino sus pies que se mojan con el rocío mientras ella se acerca al Sepulcro. El sol todavía no salió, pero al amanecer se puede empezar a distinguir la silueta de las cosas.

La tumba está vacía. No sólo le mataron a Jesús, sino que también alguien le hizo desaparecer. María entra en el Sepulcro y no hay nadie, solamente encuentra una sábana doblaba y vacía. Le falta la respiración, sale afuera y empieza a llorar, porque ni siquiera puede honrarle al cuerpo de Jesús, que le había salvado de los siete demonios y devuelto la vida.

En la sombra del jardín, Maríave la silueta de un hombre que se acerca, y le pregunta: ¿Por qué lloras mujer? ¿A quién estás buscándole? En el tono de aquella voz hay un eco de una voz clavada en la memoria de su corazón, pero ella solamente logra pensar en aquel hombre como si fuera el jardinero. Pero cuando aquella voz nuovamente se convierte en palabra y pronuncia su nombre: ¡María!, ella le reconoce: ¡Rabbuní, que significa Maestro!

A ella le gustaría abrazarlo por miedo de que él solamente sea una ilusión, una alucinación o un fantasma. En cambio es Él, resuscitado y vivo, que le dice: “No me detengas, pero andá donde mis hermanos y deciles que te encontraste conmigo! ¡Contales que estoy vivo! ¡Contá que estoy vivo, que mi tumba está vacía, y la muerte fue vencida para siempre!

Aquí en este lugar, frente a esta escena, comprendo que la esperanza no es una representación de mis deseos, sino que es Jesús Resuscitado que le venció a la muerte.

Aquí en este lugar puedo comprender que Jesús Resuscitado es el jardinero de la vida, quién le venció a la muerte, atravesandola y venciendo toda ansiedad y miedo de la humanidad.

Aquí en este lugar comprendo que, sujetando todo el mal del planeta y de la historia, de cada uno de nosotros, Jesús ya venció contra el mal.

Ahora, Jesús Resuscitado es mi verdadera esperanza, acogerlo significa recibir la única vacuna que puede salvarme del virus de la muerte, del miedo, de la ansiedad, del virus del mal que les contagia a nuestra humanidad y la historia, del virus de una vida sin sentido o finalidad.

Hoy en día, justo cuando la pandemia sigue sembrano muerte en todo el mundo, siento que que me toca a mí, y a cada uno de nosotros, aceptar la invitación que le hizo Jesús a María Magdalena:  “¡Anda donde mis hermanos y contales que te encontraste conmigo! ¡Deciles que estoy vivo, que la picadura del mal fue rota, puede seguir lastimando pero ya no puede matar! ¡Contá también que el miedo, la ansiedad y la muerte fueron vencidad, para siempre! ¡Contá que la vida sigue teniendo sentido, y que aquí nació una nueva humanidad!

Este año les deseamos Feliz Pascua en especial a los enfermos, a sus familiares, a los enfermeros y doctores que los atienden. Feliz Pascua para los que pasan de este mundo y se van al cielo a verle a Dios Padre, estando al lado de Jesús. Feliz Pascua para todos los que están arriesgando su vida para garantizar los servicios esenciales de nuestra sociedad.

Feliz Pascua para cada uno de ustedes y sus familias. Esperiamo que Jesús Resuscitado los mantenga en la esperanza que brota de esta tumba vacía.

Feliz Pascua.

Fray Francesco Patton
Custodio de Tierra Santa y Presidente de Asociación pro Terra Sancta

¡FELIZ PASCUA DE LA ASOCIACIÓN PRO TERRA SANCTA!