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Los misterios del Santo Sepulcro: calaveras, templos paganos y sellos.

Amy Rodriguez15 julio 2021

La iglesia del Santo Sepulcro es el corazón de la cristiandad y de Jerusalén. Aquí tuvieron lugar la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Por eso, tanto hoy como en el pasado, la iglesia es una etapa obligatoria para cada peregrino. 

Hoy deseamos revelar las pequeñas y grandes curiosidades sobre la historia del Santo Sepulcro. ¡Llévenlas con ustedes en su próximo viaje a Tierra Santa!

La calavera del Gólgota es la única iglesia que tiene una montaña adentro suyo

“Llevaron a Jesús al lugar del Gólgota” (Marcos 15,22) 

Gólgota en arameo, y Calvario en latín son los dos nombres que le indican al “Lugar de la Calavera”, o sea la montaña donde Jesús fue crucificado. Es difícil darse cuenta, pero pero una colina de cinco metros de altura está incluida en el Santo Sepulcro. 

Es aún posible tocar la roca viva del calvario poniendo la mano en una apertura debajo del altar griego ortodoxo de la Crucifixión. Según la tradición, en este punto se le colocó a la cruz. 

Siempre aquí cuando Cristo murió, un temblor causó una ruptura en la roca, (que hoy está cubierta por una caja de cristal), permitiéndole fluir a la sangre de Jesús hasta la calavera de Adán, quien está enterrado un poco más abajo. 

¿Dónde está la verdadera tumba de Jesús?

“Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía.” (Juan 19, 41)

Durante la gobernación británica, algunos estudiosos protestantes encontraron en la que hoy se conoce como “tumba del jardín”, situada a pocos pasos de la puerta de Damasco, un lugar alternativo al Santo Sepulcro. 

Aquí se encuentra una pequeña colina, que, en ciertas horas del día, durante ciertas épocas del año, cuando la luz le ilumina, le recuerda a una calavera. Cerca de la pequeña colina hay una tumba excavada en la roca y cubierta por una piedra redonda. Para apoyarle a la teoría, tenemos el descubrimiento de una antigua prensa para el vino. 

Las pruebas arqueológicas relacionadas con el área del Gólgota son más sólidas: la zona, fuera del perímetro urbano, era una cantera de piedra abandonada en el siglo I después de Cristo, enterrada y convertida en zona rural y de entierro. 

Luego, para sofocar todo intento de insurrección judaica, en el año 103 después de Cristo, el emperador Adrián fundó Aelia Capitolina sobre la ciudad de Jerusalén destruida por Tito. En el centro de su ciudad estaba el Gólgota: aquí Adrián hizo construir unos templos dedicados a Júpiter y Afrodita, escondiendo el lugar sagrado cristiano.

¿Hablamos de la primera iglesia del mundo?

Seguramente, el Santo Sepulcro no es la primera iglesia cristiana del mundo antiguo, pero es la primera iglesia que un emperador hizo construir. Tras haber convertido el cristianismo en la religión del estado, Constantino ordenó que se realizaran excavaciones para aislarle a la tumba de Cristo e incluirla en un edículo rodeado por una gran rotonda, el Anastasis

Según algunas crónicas, la cámara funeraria original habría sido destruida totalmente en 1009 por el califa al-Hakim. De hecho, la piedra de mármol frente a la cual hoy se puede rezar remonta al siglo XIV.

En 2016, al restaurar el edículo, un grupo de archeólogos consiguió el permiso de levantar la piedra del entierro de Cristo. Ellos descubrieron otra piedra, rota y con una cruz esculpida, que le protege a la capa de caliza original. 

La última que ocurrió algo parecido fue en 1555, cuando el Custodio de Tierra Santa, Bonifacio de Ragusa hizo construir un nuevo edículo. Al levantar las piedras de alabastro, los franciscaron encontraron un banco de piedra decorado con dos ángeles. 

En el medio del sepulcro se encontraron también un pedazo de madera envuelto en un trapo con hilos de oro y una cartela que llevaba el nombre de Elena. Al contacto con el aire, los frescos, el tejido y el pergamino se desmoronaron completamente. 

Misteriosos monogramas

El actual aspecto del Santo Sepulcro es debido a una serie constante de construcciones, destrucciones causadas por guerras, incendios y temblores, restauraciones y nuevas intervenciones. Varios personajes históricos importantes le vincularon a su nombre con el corazón de Jerusalén. 

Uno de ellos es el emperador bizantino Constantino IX Monómaco, quien hizo reconstruir algunas capillas en la zona del Santo Sepulcro tras la terrible destrucción hecha por al-Hakim.  

Para terminar rápidamente las obras, se utilizaron materiales recuperados de los edificios abandonados de Jerusalén, como por ejemplo una basílica dedicada a la Virgen, destruida durante la invasión persa del año 614 después de Cristo; Constantino utilizó sus capiteles para apoyarle a la nueva Anastasis. 

Estos últimos están decorados con un monograma, un sello compuesto por las letras que forman los nombres de Mauricio, quien fue emperador del 582 al 602 después de Cristo, de su mujer Constantina, de Tiberio y Teodosio, los hijos de la pareja.

Solamente hace pocos años una estudiosa pudo descifrar el intrincado sello. Hoy los capiteles, que revelan otra parte de historia de la cristiandad, se conservan en los depósitos del Terra Sancta Museum y necesitan urgentes restauraciones. 

Varios peregrinos caminaron por los caminos pavimentados del Santo Sepulcro, y muchos tocaron las piedras vivas de fe e historia. Ahora puede ser tu turno, ¡ayúdanos a terminar la restauración! ¡Vincula tu nombre para siempre con la iglesia más linda y misteriosa del mundo!